Selle Italia Q-bik Flow review
Tengo el sillín Selle Italia Q-bik Flow desde 2011 cuando compré mi Canyon y lo llevé durante muchos kilómteros, sobretodo teniendo en cuenta lo que siempre me dijo mi tío aficionado al ciclismo, “si te duele el culo es porque todavía no se te ha hecho el ‘callo’”, al ir en MTB de una forma poco continuada, como ciclista de fin de semana principalmente, siempre he pensado que el problema era mío por tener no tener las suficientes horas de sillín como mi tío.
Poco a poco me di cuenta que aunque en parte puede tener razón hay varios factores por los que un sillín puede ser más o menos cómodo con el consiguiente dolor de culo. Las horas y el callo pueden ayudar sobretodo si ibas en bici hace más de 20 años, pero hoy en día la tecnología y los equipamientos de las bicis han mejorado mucho. A parte del callo, por un lado el culotte es muy importante y evidentemente un culotte del Decathlon (aunque reconozco que van geniales) no va a cumplir igual que uno de más de 100€. Por otro tener una bici de doble suspensión nos va a suavizar los golpes y evidentemente si vamos en MTB con una rígida por senderos sufriremos más si no tenemos el equipo oportuno. Evidentemente el componente más importante es el sillín que es el punto de contacto, y una bici de carretera va tener un sillín más duro que una MTB por la poca necesidad de acolchamiento por golpes.
Hablando del Q-Bik es un sillín que sorprende por tener un precio tan reducido, aproximadamente 20€, por lo que está en la gama baja de Selle Italia, una marca reconocida en cuanto a sillines y con modelos que superan los 200€. El Q-bik tiene un peso declarado de 270gr., mi modelo con 278gr. podemos aceptar que cumple, para el usuario medio es un buen peso. En cuanto a comodidad he oído a mucha gente decir que es un sillín incómodo y estoy de acuerdo, pero tenemos que mirar en qué condiciones, como gama baja es un sillín que veremos montado en rígidas y seguramente en muchos casos no iremos lo suficientemente preparados con un culotte lo suficientemente acolchado si queremos hacer rutas largas y seguramente son las mejores condiciones para acabar con el culo dolorido. Considero que este sillín puede llegar a ser cómodo en rutas más cortas o en XC por caminos sencillos y es un buen componente para iniciados. Puede ser una gran opción para una bici commuter o una de DJcomo ha acabado el mío.
Debería comprarlo?
Depende, si lo que buscas es un sillín barato para cubrir a otro para una bici commuter o con rutas cortas o para iniciación puede ser una buena opción, pero si quieres hacer rutas largas por senderos técnicos hay opciones mejores por un poco más, tampoco hay que romper la banca pero tampoco le podemos pedir peras al olmo.
Pros:
- Barato
- Peso bueno, teniendo en cuenta el precio
- Estéticamente bonito
Contras:
- Poco acolchado, en rutas largas o técnicas puede llegar a ser incómodo
- El modelo en blanco aunque puede conjuntar mejor en tu bici no lo recomiendo por que siempre acaba sucio
Alternativas:
- Hay un sillín que destaca dentro del segmento <50€ y del que todo el mundo habla de su comodidad por la forma que tiene, es el Charge Spoon o el Fabric Scoop, que tienen la misma forma y pertenecen a la misma compañía, aunque no son muy fáciles de conseguir en España.
- Hay otra marca que me gusta bastante y es SDG, el modelo Circuit lo podemos encontrar a un precio moderado y en general no es mal compañero.
- Hay marcas que no defraudan y si encontramos algún modelo de gama alta con descuento ya sea por ser de la temporada pasada o en una oferta online puede ser nuestra mejor opción, Selle Italia, Fizik, Prologo o WTB son marcas que hacen productos muy buenos y pueden ser buenas opciones a tener en cuenta.
En cuanto a sillines podemos decir que cada “culo es un mundo”, pero en general cuanto más gastemos más comodidad tendremos, por ello también tendremos que complementar bien el equipo con un buen culotte, por ello la mejor opción es esperar a ofertas hasta que encontremos un modelo que nos guste y nos sea cómodo, seguramente tendréis que probar más de uno hasta encontrar el definitivo, y es que en según qué cosas vale la pena gastarse un poco más.